La noticia del mes es, sin ninguna duda, la infección por coronavirus en la región de Hubei (China). Hasta el punto que esta semana la OMS ha declarado la emergencia mundial.
HISTÓRICO
Todo empezó cuando a finales de 2019 empezaron a aparecer casos de neumonía causada por un virus distinto a los conocidos.
El 31 de diciembre de 2019 se comunicaron a la OMS varios casos de neumonía en Wuhan, una ciudad situada en la provincia china de Hubei.
En una semana, las autoridades chinas confirmaron que habían identificado un nuevo virus. Se trata de un coronavirus, una familia de virus conocida por causar el resfriado común y otras enfermedades. Este nuevo virus se ha denominado, provisionalmente, 2019-nCoV.
Los coronavirus suelen causar síntomas respiratorios, y la OMS ha emitido recomendaciones de protección personal contra la infección, así como para evitar el contagio de otras personas.
SÍNTOMAS DEL CORONAVIRUS 2019-nCoV
La OMS informa que los pacientes con infecciones confirmadas del nuevo coronavirus (con una similitud genética al Síndrome Respiratorio Agudo y Severo-SARS) padecen fiebre, algunos con tos y dificultades para respirar. Se describen con frecuencia síntomas similares a la gripe, y los casos graves muestran alteraciones radiográficas típicas asociadas a neumonía.
El período de incubación está entre 1 y 14 días y puede ser un período completamente asintomático, lo cual facilita la propagación.
Los síntomas más habituales de la infección por coronavirus 2019-nCoV son:
- Fiebre, sudoración y escalofríos
- Tos seca o productiva
- Garganta irritada
- Dolor de cabeza
- Dolores musculares
- Pérdida de apetito, falta de energía o fatiga
- Dolor pectoral
Todos estos síntomas pueden estar también acompañados de síntomas propios de una gastroenteritis (náuseas, vómitos, malestar abdominal y diarrea).
Lo síntomas del coronavirus se pueden confundir con un episodio de gripe.
Las personas con un sistema inmunológico debilitado (ancianos, inmunideprimidos…) son más propensas a padecer una agravación de los síntomas.
TRATAMIENTO
Este tipo de infecciones se tratan con antivirales y antiinflamatorios para mejorar la capacidad pulmonar, además de medidas de soporte. Al tener una variabilidad importante tratamiento se adapta en función de la gravedad del paciente, ya que hay casos en los que se producen neumonías graves, pero en otros las manifestaciones son leves.
CONTAGIO
- A través de la saliva
- A través de las microgotas de los estornudos y la tos
- Objetos en contacto con personas infectadas
PREVENCIÓN
Aunque los científicos están trabajando en ello a contrarreloj, al tratarse de un virus recién descubierto, aún no disponemos de una vacuna o método específico de prevención.
Por esta razón el deber más importante que tenemos todos es la prevención. Para reducir el riesgo de contagio debes seguir las mismas pautas que con otras enfermedades como la gripe:
- Lávate las manos adecuadamente con agua y jabón. En la medida de lo posible usa también soluciones hidroalcohólicas. Extrema la higiene de las manos, sobretodo, después de ir al baño, antes de comer o manipular comida y si has estado en contacto con superficies que pudieran estar contaminadas, como ocurre en el transporte público u objetos compartidos.
- Evita el contacto directo con personas infectadas. Mantener una distancia mínima de 1 metro o usa mascarillas.
- Cúbrete la nariz y la boca con pañuelos o ropa al estornudar o toser.
- Evita tocarte los ojos, nariz y boca con las manos si no te las has lavado recientemente.
- Desinfecta cualquier superficie u objetos que pudieran estar contaminados.
- No compartas toallas o ropa con otras personas.