Esta semana ha saltado el notición: La carne procesada provoca cáncer, y ¿ahora qué?
Pues ahora, a aplicar el SENTIDO COMÚN, que es el que nos debería regir en nuestras acciones a lo largo de nuestra vida.
¿La carne es el nuevo tabaco?
La respuesta es clara: NO!
La noticia, concretamente, es que comer carne procesada AUMENTA EL RIESGO DE SUFRIR CÁNCER, que no es lo mismo que si como carne procesada tendré cáncer. Nadie tiene la receta o fórmula mágica de quién, cuándo y cómo sufrirá un cáncer, lo que sí tenemos son indicadores de probabilidad. Si bien es verdad que este tipo de alimentos pasa a formar parte de las sustancias más peligrosas para la salud, en este grupo encontramos sustancias bien conocidas como alcohol y tabaco.
Empecemos por el principio…
¿Qué es la carne procesada?
Se consideracarne procesada a cualquier tipo de carne que transformada con salazón, curado, fermentación, ahumado u otros procesos para mejorar el sabor y preservar el alimento.
En este grupo encontramos alimentos tan diversos como salchichas, beicon, hamburguesas y embutidos, indistintamente de su origen animal (vacuno, cerdo, ave, vísceras…).
¿Qué es la carne roja?
La OMS considera carne roja toda aquella carne que proviene del músculo de un mamífero, lo que incluye vacuno, cordero, cerdo, caballo y cabra.
Entonces, ¿dejamos de comer carne?
La respuesta es clara: NO!
Los seres humanos somos omnívoros, lo que significa que tanto necesitamos la verdura, como la carne y la fruta. Además, la carne roja nos aporta nutrientes esenciales. Además, aunque la alarma ha sido inmediata, en realidad el riesgo de consumir este tipo de carne es bajo. Se trata de una cuestión de equilibrio. En esta vida, las cosas hay que hacerlas con medida, como solemos decir: TODOS LOS EXCESOS SON MALOS y se trata de una cuestión de dosis. El consumo en exceso de estos alimentos puede resultar perjudicial, (resalto el puede, porqué en el estudio no se establece una consecuencia directa e irrefutable de que si consumimos carne de forma habitual vayamos a padecer un cáncer). Más bien, yo lo entiendo como una recomendación para que nos andemos con cuidado y dejemos esta cultura de carne, carne y carne.
Concretamente, El informe indica que consumir 50 gramos de carne procesada cada día aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%.
Esto es: Comer carne procesada aumenta el riesgo en un 18% pero no significa que vayas, con total seguridad, a padecer un cáncer.
En el caso de la carne roja todavía es más ambiguo porqué no pueden asegurar que el consumo de carne roja aumente el riesgo de padecer cáncer colorrectal y lo dejan en un: consumir carne roja puede que aumente las probabilidades de padecer cáncer.
Y, entonces, 50 gramos al día de estos alimentos, ¿es mucho o es poco? Pues eso depende de nuestros hábitos. Como dato os diré que un chorizo (carne procesada) tamaño medio suele pesar unos 250 gramos y un entrecot (carne roja) medio está entre los 200 y 400 gramos. La pregunta que nos debemos hacer es si consumimos la cantidad adecuada de estos alimentos.
Mi recomendación es seguir una dieta mediterránea tipo que se basa en el consumo de cereales integrales, verduras y frutas a diario con aportes semanales de una o dos veces de carnes y pescados. De esta manera tendremos consumos adecuados y podremos darnos lujos como comer unas salchichas o un bistec sin pensar en la probabilidad de padecer un cáncer colorrectal sin pensar que estamos jugando a la ruleta rusa.
¿Tabaco y hamburguesas son igual de malos?
La respuesta es clara: NO!
En el informe de la OMS se han clasificado diferentes sustancias en función del nivel de certeza que se tiene en su implicación en procesos de cáncer, por tanto, estar en el mismo grupo no significa la misma gravedad sinó que en los dos casos la OMS considera probada la relación entre su consumo y el mayor riesgo de cáncer.
De hecho, tal y como hemos podido observar en diferentes medios de comunicación estos días, las personas que mueren por cáncer a causa de la carne procesada no llega al 4% respecto a las personas que mueren por cáncer causado por tabaco .
CONCLUSIÓN:
Apliquemos el sentido común, adoptemos pautas alimentarias saludables y recordemos que ya Aristóteles hablaba del JUSTO MEDIO.
El hombre que se mantiene en el justo medio lleva el nombre de sobrio y moderado. ARISTÓTELES,