¿Sabías que nuestras necesidades nutricionales varían a lo largo de los años?
Pues sí, no sólo varían mientras crecemos, sinó que a medida que cumplimos años debemos adecuar nuestra dieta a nuestro ritmo de vida.
Con el tiempo el metabolismo disminuye, lo que quiere decir que nuestro cuerpo trabaja más lentamente y gasta menos energía. Por lo tanto, necesitamos menos calorías.
¿Qué quiere decir esto?
Pues significa que debemos bajar la cantidad de calorías de nuestra dieta si no queremos engordar ya que el cuerpo va más lento y además tiene una mayor tendencia a coger peso.
Por este motivo es necesario un cambio de hábitos hacia el consumo de alimentos con bajo aporte calórico, que suelen ser más nutritivos (frutas, verduras, legumbres, carne y pescado, frutos secos) y reducir aquellos que son muy calóricos y que suelen tener poco interés nutricional (azúcares, bollería, alcohol, etc …).
¿Qué debemos tener en cuenta?
Pues además de los cambios metabólicos, la edad puede traer también pequeños inconvenientes que son muy importantes a la hora de elegir nuestros menús.
Los años nos pueden traer sequedad en la boca, o falta de piezas dentarias, o el uso de prótesis mal fijadas… y todo esto nos puede incomodar a la hora de comer. Por eso, nos encontramos casos de muchas personas que a partir de cierta edad dejan de comer algunos alimentos.
Del mismo modo los problemas relacionados con el tránsito intestinal, como el estreñimiento pueden provocar una mala absorción de los nutrientes en la dieta. Por lo tanto, el consumo de FIBRAS REGULADORAS y de productos que favorezcan el crecimiento de una flora intestinal adecuada pueden mejorar estos síntomas.
Por supuesto, no podemos olvidar el consumo de AGUA. Es necesario entender que el agua se tiene que beber con frecuencia ya que con los años se ve disminuida la sensación de hambre y de sed de forma natural lo que nos predispone especialmente a llegar a estados de deshidratación, sobre todo en verano.
La falta de EJERCICIO por dificultades en el movimiento y la vida sedentaria favorecen enormemente la pérdida de masa muscular tan importante en el correcto funcionamiento de las articulaciones. Si además se añaden problemas de deglución o masticación es fácil rechazar alimentos como la carne que es una de las fuentes más importantes de proteína. En estos casos es interesante incrementar el consumo de PROTEÍNAS de elevada calidad con el huevo, la leche de vaca, el pescado o la carne o recurrir a suplementos nutricionales ricos en proteína que puedan garantizar las necesidades mínimas diarias.
En cuanto al consumo de MINERALES y OLIGOELEMENTOS, su absorción puede verse disminuida por el consumo de determinados fármacos que impiden su asimilación de manera adecuada, por ejemplo el déficit de magnesio para el uso de diuréticos. Así que es muy importante garantizar un aporte correcto de estos micronutrientes especialmente del calcio y del hierro que absorben mucho peor porque el estómago dejar de ser tan ácido con los años. Este es un hecho importante de cara a la prevención de la osteoporosis especialmente en el caso de las mujeres postmenopáusicas. En cuanto a las vitaminas, la carencia de VITAMINA D es elevada a la población senior, una exposición de cara y manos de 15 minutos dos días a la semana es suficiente para su síntesis.
No podemos olvidar los cambios en el estado anímico que experimentan los pacientes seniors por diferentes motivos que les llevan a una pérdida de interés por una alimentación sana lo que puede empeorar enfermedades de base. Los cambios de estatus de los grandes nos llevan a datos que deberíamos evitar, ya que el porcentaje de malnutrición es más elevado en seniors que viven solos o están institucionalizados. Es trabajo de todos, de los propios seniors, los profesionales de la salud pero también de toda la sociedad tomar conciencia de la importancia que adopta una correcta alimentación en nuestros grandes para mejorar su calidad de vida.
Te recomendamos que te pases por nuestro canal de youtube para poder ver el vídeo que hemos preparado sobre alimentación en la tercera edad:
https://youtu.be/JwEEr6RCEEA
Me han parecido buenos consejos. Me permito añadir que sería bueno intentar detectar cuando la persona mayor empieza a tener dependencia. A veces, la demencia, causa de dependencia, hace que la persona no "sienta" la sed que su cuerpo sí tiene o no quiera comer nada que de verdad le resultaría saludable.. Detectar la dependencia a tiempo puede ayudar mucho y puede hacer que se reciba ayuda (aayuda a domiclio, teleasistencia, centro de día o, al final, residencia), cuando se precise. Felicidades por el post. Josep de Martí, director de Inforesidencias
Muchas gracias Josep de Martí, me alegra que el post sirva de ayuda y que entre todos hagamos la vida más fácil en la medida de lo posible a nuestros mayores!
Un saludo!