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Los microbios de tu estómago afectan a tu salud mental

Todos sabemos que nuestro cerebro y nuestros intestinos están relacionados, ¿quién no pierde el apetito ante un problema emocional? ¿Has padecido diarrea o estreñimiento ante épocas de estrés?

Hoy te cuento la relación entre nuestra salud intestinal y nuestra salud mental.

Cada vez se habla más de tratar las enfermedades de forma holística, es decir, teniendo en cuenta a la persona como un todo, con cuerpo, mente y espíritu.

Hasta hace poco se creía que la relación entre el cerebro y los intestinos era unidireccional, pero los recientes estudios que se están realizando ya podemos afirmar que haciendo cambios en la microbiota intestinal  es posible modificar el comportamiento humano.

En 2013 científicos de la UCLA realizaron un estudio con un grupo de mujeres que consumieron una bebida con cuatro cepas probióticas durante cuatro semanas, pasado ese tiempo las participantes mostraron una actividad sustancialmente menor en las redes neuronales que se alteran en una situación de estrés.

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Ya la Medicina Tradicional China trata al corazón como el órgano que no sólo bombea nuestra sangre sino que también es el órgano donde se asientan los sentimientos más profundos del ser humano, además de las funciones fisiológicas conocidas y de otras muchas funciones relacionadas con su Qi o energía.

La Medicina Tradicional China considera la pareja de órgano y víscera, considerando el Corazón como un órgano y el Intestino Delgado como su víscera acoplada, y tienen entre ellos una relación Yin y Yang. El Corazón es la parte Yin y el Intestino Delgado es la parte Yang, pero dentro del conjunto de los órganos, el Corazón es el órgano más Yang de todos.

Ahora, la medicina alopática también está demostrando con estudios la relación que hay entre las emociones y los intestinos: andiedad, estrés, nerviosismo… suelen reflejarse en alteraciones del funcionamiento intestinal. De hecho, se ha conseguido relacionar la diversidad de bacterias que habitan en nuestro intestino formando la microbiota con enfermedades como la depresión o la ansiedad.

Además, también podemos afirmar que las alteraciones intestinales acaban afectando a nuestro estado de ánimo, por lo tanto es imprescindible tener una microbiota sana para una buena salud mental.

Sabiendo esto, desde las farmacias y los agentes responsables de la salud de la población estamos casi obligados a dar cada vez más importancia a la flora intestinal y a su vinculación tanto con el funcionamiento del propio aparato digestivo como también del cerebro.

Existen estudios que evidencian que un desequilibrio en las bacterias del intestino afecta la respuesta ante al estrés e induce ansiedad y depresión.

Una investigación publicada en 2014 en Neurogastroenterology & Motility, afirma: “La adquisición del microbiota  en el período postnatal inmediato tiene un impacto determinante en el desarrollo y funcionamiento de los sistemas gastrointestinal, inmunológico, neuroendocrino y metabólico”.

También hay una creciente apreciación de que la microbiota intestinal puede jugar un papel crucial en el mantenimiento de la homeostasis en la salud e intervenir en muchas enfermedades, como las del sistema nervioso central. De hecho, la importancia del estado emocional y  del estrés en el cerebro ha sido cada vez más reconocida en el estudio de los transtornos gastrointestinales y la desregulación del eje cerebral

MI RECOMENCACIÓN

Las enfermedades nerviosas deben ser tratadas por un profesional especialista. Se trata de patologías multifactoriales y como en cualquier enfermedad crónica, hay que actuar sobre el estado general de salud para tratar de curarla y no sólo paliar sus síntomas.

Los transtornos nerviosos requieren de tratamiento a diversos niveles:

ALIMENTACIÓN

Una dieta adecuada es imprescindible para recuperar el correcto funcionamiento del intestino, ya que ante el estrés y el nerviosismo el intestino está demasiado permeable y se provoca la acumulación de residuos. Por tanto, los cambios básicos en nuestra dieta deben conllevar la introducción de alimentos que eliminen estos residuos y eviten su acumulación. De esta manera conseguimos mejora los síntomas de la depresión.

Es bueno incrementar los alimentos ricos en metionina, que es un aminoácido precursor de la serotonina (neurotransmisor que regula los estados de ánimo positivos y negativos): nueces de brasil, queso, pollo, atún, soja, sésamo, huevo…

RECUPERACIÓN DE LA MICROBIOTA

Una microbiota sana permite una buena síntesis de serotonina  y dopamina.

Hay bacterias probióticas específicas que permiten incrementar la síntesis de serotonina: Lactobacillus plantarum, Lactobacillus rhamnosus y Bifidobacterium bifidum.

SUPLEMENTOS NATURALES

El azafrán, además de ser la especie alimentaria más cara del mundo ha demostrado en diversos estudios su potencial terapéutico en trastornos depresivos.

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El azafrán es rico, entre otras, en una sustancia llamada safranal, un compuesto orgánico aislado de los estigmas de las flores con capacidad para regular los nuiveles de serotonina. Además, es rico en crocina, un potente antioxidante neuronal.

En resumen…

El tratamiento de patologías nerviosas requiere de una terapia global, holística, que tenga en cuenta las emociones, los bloqueos, la dieta, la microbiota y los niveles de serotonina y dopamina.

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