Hoy me he decidido a escribir este post porqué muchas son las personas que bajo el hashtag #nosinevidencia hablan en contra de la homeopatía. Cuando he intentado entender las razones por las cuales hablan tan mal de algo que suelen desconocer por completo acabo recibiendo malas palabras y/o me retan a encontrar estudios “científicos y serios” en los que la homeopatía demuestre su eficacia.
Pues bien, hoy os voy a hablar de mi propia experiencia con mi bebé de 14 meses. A Roger, la semana de su cumpleaños (nació el 1 de noviembre) se le puso el culito rojo, así que cambiamos la crema del pañal habitual (Be+® pasta al agua) por una más cicatrizante, Seba Med® pomada tratante; dejamos de usar la toallitas y nos pasamos a la esponja con agua y jabón. Pues bien, a los dos días el culito no mejoraba e incluso empezó a pedir pecho de forma mucho más insistente hasta que me hizo las primeras grietas en los pezones en sus 12 meses de vida. Pasamos el fin de semana como pudimos (él con el culito irritado y yo con los pechos destrozados) hasta el martes que nos tocaba revisión con la pediatra. Estuvimos comentando el tema y nos recomendó que añadiésemos aceite de almendras para ayudar a cicatrizar el culito. Como Roger estaba en plena erupción dental lo achacamos a eso y pensamos que en unos días mejoraría.
Los días pasaban y el culito de Roger no mejoraba. He de decir, en cambio, que los pezones gracias a la crema de lanolina de Medela® y al hecho de reducir a la mínima expresión las tomas de pecho de mi bebé mejoraron en poco más de una semana.
aspecto de toda la zona a los 15 días
Cada vez estábamos más preocupados por el culito de Roger (he de decir que nunca lo había tenido tan mal), así que pedimos hora con su pediatra y al verlo no le gustó y nos recomendó una crema muy rica en vitamina E VEA OLIO®, y nos pidió que probáramos con Petroleum 9CH. En un par de días notamos una ligera mejoría… pero lo peor estaba por llegar.
Nos plantamos en el mes de diciembre y mi marido y yo decidimos pasar el puente en la provincia de Girona. El domingo día 7 de diciembre pasamos el día en Begur y, a la hora de comer Roger se nos puso a 39ºC, así que empezamos con el Apiretal® y volvimos hacia Barcelona. Cuando tuvimos que cambiarle el pañal fue un drama: el culito que ya teníamos controlado y casi curado había empeorado de forma espectacular y ahora incluso presentaba ampollas. Nos resultaba tan angustioso el dolor que mostraba cuando le tocábamos la zona que el pobre niño acabó en la bañera para poderle limpiar y ayudarle a relajase (desde que nació es donde se encuentra mejor, le calma y le relaja).
La fiebre se mantuvo por encima de 38ºC ya todo el resto de puente aún dándole el paracetamol cada 8 horas. Así que el martes día 9 de diciembre lo llevamos a su pediatra, no teníamos visita así que nos hizo un hueco a última hora. La pediatra nada más ver el estado de Roger: carita roja estilo Heidi, sin moverse, ojos caídos y mirada fija, fiebre muy alta, manos y pies helados, abrazado a mí sin querer separarse ni un milímetro, con escalofríos constantes… no lo dudó un momento y nos recetó Stramonium 30CH cada 12 horas. Empezamos a dárselo esa misma noche, al día siguiente mi madre se quedaría con él. Por la tarde cuando fui a buscarlo la fiebre era inferior a 38ºC, pero aún mantenía unas décimas… pero mi mayor sorpresa fue al ir a cambiarle el pañal: las ampollas del culito estaban casi cicatrizadas. Lo que el día anterior era carne viva volvía a tener un aspecto rosadito y sano.
aspecto a las 24 h de iniciar tratamiento homeopatico
Al día siguiente, jueves día 11 de diciembre Roger ya no presentó fiebre, ni siquiera décimas, y su culito volvía a tener el aspecto que todos deseamos del culito de nuestro bebé. Después de 7 semanas a Roger no se le ha vuelto a poner el culito rojo ni ha tenido más fiebre. Debo recordaros que es un niño de guardería, lo llevo a las 9 de la mañana y lo recojo a las 17, así que está requetexpuesto a virus y bacterias!
Pero será que tenemos suerte y las bolitas de homeopatía que actúan como placebo le ayudan a no enfermar. (una sola baja desde septiembre se puede considerar suerte con niños de 12 meses…?)
Por cierto, si queréis más información sobre cómo las vacas se curan con homeopatía os recomiendo que leáis los estudios de Michèle Boiron, farmacéutica autora de varios libros sobre homeopatía. Michèle nos cuenta que una vaca que tiene una mamitis ha de ser tratada con antibióticos y, mientras dura el tratamiento, su leche no se puede consumir. Pues bien, también puede ser tratada, y curada, con fármacos naturales que no impidan que siga produciendo. Y dudo mucho que una vaca sepa qué es un efecto placebo. También se usan estos fármacos con los caballos de carreras, para prevenir su estrés antes de la competición con un medicamento que no provoca doping.
Recomendación de Medicamentos Homeopáticos: 43 situaciones clínicas
Autores: Michèle Boiron y François Roux
Edición: Editions Similia 2009