Hoy vamos a empezar a hablar de la homeopatía.
Muchos habréis oído hablar de ella, otros la utilizaréis habitualmente, pero, ¿realmente la conocéis?
Pues bien, en primer lugar os contaré que la homeopatía se basa en el “principio de similitud”. Es decir, el paralelismo de acción que existe entre el poder toxicológico y el poder terapéutico de una misma sustancia, según la dosis que se use.
Lo cierto es que la ley de similitud es una ley biológica universal, y no es solamente propia de la homeopatía ya que también se aplica otras medicinas, como la convencional. Veamos algunos ejemplos:
– Existen algunos medicamentos convencionales que se usan para el tratamiento de las arritmias cardíacas, los cuales llevan como principio
activo una sustancia llamada Digitalis. La Digitalis proviene de una planta, cuya intoxicación provoca precisamente arritmias.
– Las radiaciones a nivel tóxico producen tumores, pero también se usan a dosis controladas para tratarlos (radioterapia).
Con este método terapéutico se administran al paciente dosis infinitesimales de sustancias cuyos síntomas toxicológicos sobre individuos sanos son semejantes a los que presenta el enfermo.
Las características que definen este principio de similitud son:
– Toda sustancia farmacológicamente activa provoca sobre un individuo sano y sensible un conjunto de síntomas que son característicos de las mismas.
– Todo individuo enfermo presenta un conjunto de síntomas mórbidos, que es característico de la enfermedad que está padeciendo. Los síntomas mórbidos están constituidos por el conjunto de cambios en la manera de sentir o actuar del enfermo a causa de la enfermedad.
– La curación se puede conseguir mediante la administración al enfermo de dosis infinitesimales de sustancias susceptibles de provocar a dosis más altas, sobre un individuo sano susceptible, síntomas semejantes a los del enfermo.
El objetivo de la homeopatía es la determinación del medicamento cuya sintomatología presenta la más clara y cercana semejanza con el complejo sintomático que presenta el paciente enfermo. De manera que estimulamos al organismo a reaccionar contra todos aquellos síntomas.
Los medicamentos homeopáticos son derivados de los tres reinos, la mayoría del reino vegetal y el resto de los minerales y fuentes biológicas. Los medicamentos homeopáticos generalmente se encuentran en presentación farmacéutica como glóbulos, liquido, ampollas y gel para aplicación local.
Debido a las pequeñas dosis que se utilizan en homeopatía, los medicamentos homeopáticos no son tóxicos. No se han documentado efectos secundarios, ni contraindicaciones, tampoco se han documentado interacciones medicamentosas entre los medicamentos homeopáticos y los medicamentos convencionales o alopáticos.
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