Cierra los ojos, respira y mira de visualizar una piel bonita y sana… ¿Qué imagen te ha venido a la memoria?
Probablemente si te diese más pistas llegarías hasta la imagen de la niña Heidi que tantos de nosotros nos iluminó la infancia con sus valores, sus dramas y su amor. Pues siento decirte que hoy te voy a desmontar uno de tus más arraigados mitos de la infancia. Porqué sí, Heidi tenía las mejillas rojas; y porqué no, eso no es tener una piel sana. Probablemente, si tuviésemos delante nuestra a esa pequeña Heidi en carne y hueso veríamos que su piel es frágil y sensible. Por eso, hoy te quiero contar la verdad de la piel sensible y enrojecida.
La realidad es que las pieles sensibles reaccionan de manera exagerada a estímulos externos que normalmente son bien tolerados por la mayor parte de población.
Si volvemos al ejemplo de Heidi… recuerda dónde vivía. ¿lo visualizas? Su entorno eran las preciosas y magestuosas cumbres nevadas de los Alpes. Y eso significa: clima frío y extremo. Por eso, aunque los signos clínicos pueden ser subjetivos, la verdad es que la reactividad de la piel está asociada a alteraciones de la función barrera.
Vuelve a tu recuerdo de Heidi, ¿cómo imaginas tocar esa piel enrojecida del rostro?
Te voy a contar las características específicas de las pieles sensibles y podrás comprobar qué porcentaje de acierto has tenido 😉
- La piel sensible es una piel muy fina y delicada, normalmente piel clara o fototipo bajo (te recuerda a Heidi?)
- La función barrera es más débil y por eso tiene tendencia a manchas, eritema o enrojecimiento, a padecer prurito (picores) y calor (sensación de ardor).
- Como consecuencia de todas estas alteraciones es una piel que envejece antes de hora: envejecimiento prematuro
- La falta de una barrera cutánea sana y equilibrada provoca malestar al cual te puedes acostumbrar más o menos, pero que está ahí: sensación de quemazón y tirantez.
- El resultado de todas estas alteraciones es un cutis de apariencia frágil: eritema (enrojecimeinto), telangiectasias (venitas superficiales), cuperosis (manchas rojas y venas dilatadas y muy visibles) y descamación (por pérdida de hidratación del manto hidrolipídico).
- Finalmente, toda esta alteración en la piel provoca importantes repercusiones psicológicas. Porqué no nos engañemos, todos queremos vernos bien y gustar. Y eso tiene mucho que ver con aceptarnos y querernos.
¿Qué provoca que tengas las mejillas enrojecidas?
Las pieles sensibles reaccionan de forma exagerada a agentes que otras pieles ni siquiera notan. Estos factores son los que te describo a continuación:
- Factores externos como los cambios ambientales. Es decir, los cambios bruscos de temperatura, la exposición solar, el viento…
- Factores internos como el estrés, la fatiga y patologías de base también desencadenan el enrojecimiento
- Elevada intolerancia a productos cosméticos y detergentes
- Desaconsejado el consumo de alcohol, alimentos picantes y especiados y tabaco
El eritema o enrojecimiento en la piel del rostro es signo de una mayor sensibilidad de los vasos cutáneos. Podemos encontrar diferentes estadios de enrojecimiento de la piel, desde rojeces intermitentes sin importancia hasta rojeces asociadas a otras complicaciones que son signos de enfermedades de la piel como por ejemplo la rosácea.
A continuación te detallo los imprescindibles en tu ritual de belleza para mejorar el aspecto de tu piel.
Si te ha gustado este post puedes compartirlo con más personas que necesiten cuidar su piel y mimarla para mejorar su aspecto. Además, te invito a leer la seguna parte de este post en el que te contaré cómo mejorar el aspecto de una piel enrojecida fácilmente. Muchas gracias por leerme y seguirme.
Recuerda que si tienes cualquier duda o consulta puedes contactarme por las redes sociales o directamente en el 9335404016.
Muchas gracias y feliz verano 😉
Pingback: Cómo mejorar el aspecto de una piel enrojecida fácilmente – gemmarubís