El estrés juega un papel importante en la salud de nuestra piel. Cuando estamos estresados, se libera una hormona llamada cortisol, lo que provoca que ocurran muchas cosas en nuestro cuerpo, incluida la acumulación de grasa, además de hacer que tu piel se reseque o se engrase, que se arrugue o se llene de granitos.
Un efecto del estrés en la piel es la arruga. Cuando se libera cortisol, los niveles de azúcar en la sangre aumentan, lo que, en un flujo continuo, puede causar cosas como la diabetes. En la piel, fomenta un proceso llamado glicación, un efecto de estrés en la piel que daña el colágeno, lo endurece y aumenta la apariencia de líneas y arrugas.
Otro efecto del estrés en la piel es la piel seca, que tiene que ver con el cortisol una vez más. En este caso, el cortisol disminuye la producción natural de la piel de algo llamado ácido hialurónico, humectante natural de nuestra piel. También puede dañar las cualidades protectoras de la piel que le permiten mantener altos los niveles de hidratación. Cuando el estrés acecha nuestra piel el efecto directo es que se seca y se daña.
Otra forma importante en que el estrés afecta a la piel es afectando el cutis. Cuando estamos estresados, nuestros cuerpos también producen adrenalina, lo cual es útil si estás en el bosque huyendo de un lobo, pero, en la vida diaria, no es tan útil… Cuando hay adrenalina, el flujo de sangre a la piel disminuye, lo que elimina nutrientes importantes (lo más importante, el oxígeno) de la piel. Esto permite que las toxinas se acumulen, un paso que lleva a muchos tipos de piel a desarrollar también celulitis. ¿Cómo evitamos los efectos del estrés en la piel?
1. Dormir
El sueño juega un papel importante en la limitación de cortisol. Durante el sueño, nuestra piel repara lo que ha sido dañado durante el día. La falta de sueño pone estrés en la piel, por lo que asegurarse de tener al menos 7 horas de sueño es una necesidad para una piel sana y libre de estrés.
2. Ejercicio
La actividad física aumenta la circulación, que combate los efectos que la adrenalina puede tener en tu piel. Es decir, el deporte ayuda a tu cuerpo y, cuando hay más flujo de sangre a la piel, también hay menos toxinas y, por lo tanto, menos celulitis y una piel más viva, saludable y de aspecto radiante.
3. Tomando el tiempo para relajarse
Seguro que has oído hablar de la meditación o el mindfulnes, en realidad se trata de técnicas que nos ayudan a centrar la mente y eliminar lo que nos perturba. Por eso, en este mundo de estrés en el que vivimos cada vez son más populares.
Muchas personas que padecen estrés olvidan que se puede vivir de otra manera. Queremos hacer más de lo que nuestro cuerpo y nuestra mente son capaces, así que te recomiendo que te tomes algún descanso, que te relajes y pruebes de tomarte las cosas de otra manera (sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero créeme, PUEDES!)
La meditación, el mindfulness (o atención plena), la respiración profunda y pasar un rato en silencio te pueden ayudar más de lo que te crees a controlar el estrés y por lo tanto reducirás los los efectos que el estrés tiene en tu piel.
4. Abre tus ojos.
El área de los ojos es la primera en mostrar los signos de estrés. Por eso te recomeindo que te acostumbres a usar un buen contorno de ojos a diario, y cuando estés a punto de asumir una tarea desafiante, date un masaje rápido en el área del contorno de los ojos con un producto hidratante u antiestrés como el contorno de ojos antipolución de Be+.. Esto puede ayudar a energizar su piel y reducir los signos visibles de fatiga.
5. Respira profundamente.
Las personas con estrés crónico respiran de una forma más superficial y con mayor frecuencia, sin darse cuenta. Cuando respiramos de esta manera podemos empeorar la ansiedad. Por eso, te recuerdo que debes respirar de una manera profunda y lentamente.