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Vamos a conocer un poco más sobre el ébola…

Esta semana estamos más alarmados por el ébola que nunca porqué se ha diagnosticado a la primera persona infectada por el virus en Europa. Se trata de una auxiliar de enfermería que atendió a los 2 pacientes trasladados por el virus desde África.
Es por eso, que hoy más que nunca creemos imprescindible hablaros de este temido virus.
El virus del Ébola causa en el ser humano la enfermedad antes conocida como fiebre hemorrágica del Ébola. Los brotes de la enfermedad tienen una tasa de letalidad muy alta, de hasta del 90%, y se producen principalmente en aldeas remotas de África Central y Occidental, cerca de la selva tropical.
El virus es transmitido al ser humano por animales salvajes y se propaga en las poblaciones humanas por transmisión persona-persona. Se considera que los huéspedes naturales del virus son los murciélagos frugívoros de la familia Pteropodidae y no hay tratamiento específico ni vacuna para las personas ni los animales.
Una vez puestos en precedentes profundizaremos un poco más en el tema.
El  virus se detectó por vez primera en 1976 en dos brotes simultáneos ocurridos en Nzara (Sudán) y Yambuku (República Democrática del Congo). La aldea en que se produjo el segundo de ellos está situada cerca del río Ebola, que da nombre al virus.
El género Ebolavirus es, junto con los géneros Marburgvirus y Cuevavirus, uno de los tres miembros de la familia Filoviridae (filovirus) y comprende cinco especies distintas. 3 de las especies  (BDBV, EBOV y SUDV) se han asociado a grandes brotes de EVE en Africa.
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Transmisión

El virus del Ebola se introduce en la población humana por contacto estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de animales infectados.
Posteriormente, el virus se propaga en la comunidad mediante la transmisión de persona a persona, por contacto directo (a través de las membranas mucosas o de soluciones de continuidad de la piel. Los hombres pueden seguir transmitiendo el virus por el semen hasta siete semanas después de la recuperación clínica) con órganos, sangre, secreciones, u otros líquidos corporales de personas infectadas, o por contacto indirecto con materiales contaminados por dichos líquidos.

Signos y síntomas

La EVE es una enfermedad vírica aguda grave que se suele caracterizar en una primera etapa por la aparición súbita de fiebre, debilidad intensa y dolores musculares, de cabeza y de garganta. En la segunda etapa estos síntomas van seguidos de vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas. Los resultados de laboratorio muestran disminución del número de leucocitos y plaquetas, así como elevación de las enzimas hepáticas.
Los pacientes son contagiosos mientras el virus esté presente en la sangre y las secreciones. El periodo de incubación (intervalo desde la infección hasta la aparición de los síntomas) oscila entre 2 y 21 días.

Diagnóstico

Las infecciones por el virus del Ebola solo pueden diagnosticarse definitivamente mediante distintas pruebas de laboratorio, a saber:

  • prueba de inmunoadsorción enzimática (ELISA);
  • pruebas de detección de antígenos;
  • prueba de seroneutralización;
  • reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR);
  • aislamiento del virus mediante cultivo celular.

Las muestras de los pacientes suponen un enorme peligro biológico, y las pruebas tienen que realizarse en condiciones de máxima contención biológica.

Prevención y tratamiento

No hay vacuna contra la EVE. Se están probando varias, pero ninguna está aún disponible para uso clínico.
Los casos graves requieren cuidados intensivos. Los enfermos suelen estar deshidratados y necesitar rehidratación por vía intravenosa u oral con soluciones que contengan electrólitos.
Tampoco hay ningún tratamiento específico, aunque se están evaluando nuevos tratamientos farmacológicos.

Huésped natural del virus del Ébola

Se considera que los murciélagos frugívoros, en particular Hypsignathus monstrosus, Epomops franqueti y Myonycteris torquata, son posiblemente los huéspedes naturales del virus del Ebola en África. Por ello, la distribución geográfica de los Ebolavirus puede coincidir con la de dichos murciélagos.

Prevención

Se considera que la limpieza y desinfección regulares (con lejía u otros detergentes) de las granjas de cerdos y monos es eficaz para inactivar el virus. Si se sospecha que se ha producido un brote, los locales deben ponerse en cuarentena inmediatamente.
Para reducir el riesgo de transmisión al ser humano puede ser necesario sacrificar a los animales infectados, supervisando estrechamente la inhumación o incineración de los cadáveres. La restricción o prohibición del movimiento de animales de las granjas infectadas a otras zonas puede reducir la propagación de la enfermedad.
A falta de un tratamiento eficaz y de una vacuna humana, la concienciación sobre los factores de riesgo de esta infección y sobre las medidas de protección que las personas pueden tomar es la única forma de reducir el número de infecciones y muertes humanas.

Control de la infección en centros de atención médica

La transmisión del virus del Ebola de persona a persona se asocia principalmente al contacto directo o indirecto con sangre o líquidos corporales. Se han notificado casos de transmisión al personal sanitario en situaciones en las que no se habían adoptado medidas apropiadas de control de la infección.
Las precauciones habituales son la higiene básica de las manos, la higiene respiratoria, el uso de equipos de protección personal (en función del riesgo de salpicaduras u otras formas de contacto con materiales infectados) y prácticas de inyección e inhumación seguras.
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Los trabajadores sanitarios que atienden a pacientes con infección presunta o confirmada por el virus del Ebola deben aplicar, además de las precauciones generales, otras medidas de control de las infecciones para evitar cualquier exposición a la sangre o líquidos corporales del paciente y el contacto directo sin protección con el entorno posiblemente contaminado. Cuando tienen contacto estrecho (menos de 1 metro) con pacientes con EVE, los profesionales sanitarios deben protegerse la cara (con máscara o mascarilla médica y gafas) y usar bata limpia, aunque no estéril, de mangas largas y guantes (estériles para algunos procedimientos)
Quienes trabajan en el laboratorio también corren riesgo. Las muestras tomadas a efectos de diagnóstico de personas o animales con infección presunta o confirmada por el virus del Ebola deben ser manipuladas por personal especializado y procesarse en laboratorios adecuadamente equipados.

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